Miguel Lorente, ingeniero técnico agrícola y autor de varios libros del sector, ha hablado de los terroir de la garnacha de Campo de Borja en el programa de RNE “Del campo a la mesa”, presentado por Juan Barbacil ,que cuenta con colaboración la Alianza Agroalimentaria Aragonesa.
Se trata de un proyecto promovido por el Consejo Regulador, encaminado a dotar al vino de la DOP Campo de Borja del máximo prestigio comercial, vinculándolo a su territorio de origen como vector de desarrollo territorial. Esto exige estudiar el medio geográfico y sus aptitudes enológicas con el fin de implantar una gestión razonada del cultivo de la vid, de la elaboración de los vinos y de la comunicación en la comercialización.
El sistema productivo amparado en la Denominación de Origen se basa precisamente en este principio, puesto que la condición primera establece que la calidad o características de los productos debe ser consecuencia del efecto del medio geográfico, con sus factores naturales y humanos.
En realidad esta forma de producir es tan antigua como la viticultura. Los romanos fueron los primeros en regular el uso de los nombres geográficos en los vinos, porque se identificaban con el nombre de las zonas de producción y la picaresca hacía que se vendieran con ciertos nombres de zonas prestigiadas sin producirse allí.
A finales del siglo pasado se puso la moda de identificar a los vinos con el nombre de ciertas variedades y resulta que ahora la competencia es feroz porque en todo el mundo se produce Cabernet, Merlot, Sardonnay, etc. y países como el nuestro tiene difícil competir en ese mercado con los de otros países cuyos costes de producción son ínfimos.
También en los últimos años ha aparecido el riego en la vid y la producción ha aumentado, y eso puede incrementar los ingresos de los viticultores aunque no siempre se consigue por el bajo valor de esos vinos.
Pero en Campo de Borja ni podían depender de la producción varietal común ni acudir al regadío porque no tienen agua, así que no les quedó más remedio que generar valor en el vino a fuerza de calidad y una concepción geográfica a través del concepto terroir.
Terroir es una palabra de origen francés empleada ya en todo el mundo. Significa espacio físico homogéneo que produce vinos con peculiaridades propias, así que en Campo de Borja emprendieron un proyecto de zonificación encaminado a conocer el espacio físico y sus aptitudes enológicas que les ha llevado cuatro años de trabajo, en el que han participado investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, de la de Zaragoza y del Departamento de Agricultura del gobierno de Aragón.
La zonificación es la investigación del territorio para repartirlo en zonas relativamente homogéneas, fruto de la interacción entre el viñedo y el medio ambiente, por lo que se convierte en una herramienta necesaria para aplicar una producción razonada y coherente con los principios.
Se ha elaborado un mapa de suelos de la Denominación a escala 1:25.000, para lo que fue preciso realizar unas 2.300 observaciones en campo con sus correspondientes análisis, de las cuales 519 fueron calicatas de dos metros de profundidad. El mapa de suelo indica las unidades homogéneas del medio (UHM) susceptibles de influir en las peculiaridades de los vinos.
Para verificar cómo afectan al vino las UHM se tomaron 60 parcelas de vid de las que se realizaron durante tres añadas estudios enológicos, con el fin de conocer la variabilidad espacial a lo largo de la DO. Se ha empleado un método de estudio pionero que ha despertado interés en la comunidad científica. Sería conveniente seguir con este estudio enológico dos o tres años más para disponer de más información.
La información enológica y la de los suelo se traslada a las parcelas de vid para que los técnicos de las bodegas, mediante un sistema de información geográfico (SIG) la manejen y tomen sus decisiones.
A corto plazo se podría regular el uso de los nombres de los terroir con el fin de aplicar una producción basada en este concepto mediante una tecnología innovadora. Para ello es necesario que los agentes de la producción asimilen el nuevo concepto y se aplique tanto en la forma de producir como en la de vender. Hay que tener en cuenta que un producto geográfico como el vino necesita referencias geográficas y todos deben entender que para conseguir resultados diferentes no hay que seguir haciendo lo mismo.
El director comercial de una gran bodega de Campo de Borja contaba cuando se decidió emprender el proyecto que, ahora, para vender vino hay que llevar mapas y hablar de geografía.