Luz Marina Vélez Jiménez
“Cuenca de la más antigua mano del hombre,
aún se ve en tu forma
(…) el molde de la palma primitiva”
Pablo Neruda
La cocina es imaginacióny materialización; arado, alacena, fogón; tierra convertida en huerta; mesa transformada en comedor; ingrediente modificado en receta; saber ancestral y escuela de gastronomía; conjunto deecofactos y artefactos.
Si, como dice Octavio Paz, la palabra transforma la actividad culinaria porque transmite su conocimiento, los utensilios para llevarse la comida a la boca también lo hacen.Frutos de palma utilizados como saleros, mantas de algodón como cedazos, conchas de tortugas como sartenes,cuarzos incrustadosen tablillas como rallos, hojas decaña brava y lajas de obsidiana como cuchillos,y picos de tucán como cucharas, sonobjetos con aura, guardan una relación secreta entre su hechura y su sentido, son los precursoresenigmáticos de las baterías de cocina, las vajillas y los cubiertos modernos.
Entre los utensiliosde cocina, los cubiertos sonobjetos relevantes, se convierten temporalmente, a través del uso, en extensiones del cuerpo; éstos conectan funcional y emocionalmente al usuario con la materia prima a intervenir; satisfacen el deseo.
Los cubiertos, como los conocemos en Occidente, deben su nombre a la expresión “poner cubiertos”, empleada en el siglo XV para advertir a los invitados, a través de una servilleta blanca que cubría las viandas, que no había en ellasdaño, intoxicación o emponzoñamiento.
La cuchara ―de la voz cuchar, antigua medida de granos, y del latín cochleare, concha de caracol― es un utensiliode la categoría cubiertos, con forma de cabeza cóncava y oval sostenida por un mango;las haydepiedra, hueso, marfil, madera, metal, cerámica, plásticoy pan; están hechaspara medir, revolver, servir y transportar los alimentos de la fuente a la boca.
Como contenedores colectivos e individuales, las cucharas han sido consideradas bienes muebles con marcas de propiedad:dibujos de flores, escudos familiares, letras iniciales de los anfitriones y paisajes religiososson,entre otras figuras,un inventariotallado de la realidad.
Hacia el año 3000 a.C., la cuchara hacía parte del cuchillo egipcio, un instrumento con doble propósito;en el Medioevo, se usaba una sola cuchara para un grupo de invitados; en el Renacimiento, cada comensalcargabaen un estuche su propia cuchara de bisagra,y en la Modernidad, un abanico de cucharas, cucharones y cucharillasse halla protocolariamente dispuestoentre manteles, servilletas, platos, copas, pocillos y vasos.
Las cucharas hacen parte de los objetos artesanales, artísticos e industriales que han revolucionado la comodidad, la higiene y la etiqueta del comer ¡No hay mesa sin cuchara! Y si el caos o la penuria arrasaran con los objetos, se conservaría ilesa, en el hueco desprendido de la mano del comensal, la memoria del gesto de cucharear.